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lunes, 26 de enero de 2015

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Ana Acevedo hoy ante tu cuerpo inerte e inmortal se engrandece tu espíritu de “Lucha revolucionario "hasta luego camarada. Paz a tus restos.

El cacique del valle comparte la reflección de:

Ramón Victoria Molina 

Conoci a Ana Maria Acevedo a principio de los 70 cuando recien llegada a la UASD, tras su expulsion de la UCMM de Santiago, junto a Chico Gonzalez, Nelson Gomez y tantos otros estudiantes que intentaron organizarse en una entidad democrática en esa casa de estudios. Agripino no lo toleró y los sacó a todos. Ana Maria, era dueña de un fuerte liderazgo y gran visión política. desdeñaba el rigor de las aulas y actuaba con absoluta autosuficiencia. Que se oiga mi voz sin que se vea mi cara, parecía ser su norma. Escribía discursos y elaboraba maravillosos planes para el Frente Estudiantil Flavio Suero, que presidia su novio y posterior esposo de toda la vida, mi mentor y guía, Radames Abreu. Con el tiempo y dado que Ana Maria y yo crecíamos en nuestras respectivas visiones sobre la teoría y la practica de la política, surgió un alejamiento reciproco, un sutil rechazo nunca entendido, ni discutido ni explicado. Hoy, ante su cuerpo inerte, pienso que nos hizo falta aclarar muchas cosas, Es probab en ue yo no llenara las expectativas que tenia sobre mi y quizás fue que yo no digería su pragmatismo. El caso es, que ella no aceptaba que yo pudiera militar con alguien que no fuera Hipolito Mejía, eso si me lo dijo en el velatorio de Salvador Jorge Blanco y yo consideraba aquello una ofensa, ya que tengo ideas y alma libre para tomar mis propias decisiones. Ella fue la única persona que me hizo ese reclamo, porque tal vez era la única que no conocía mis razones para haberme alejado de mi adorado compadre, tras el fallido intento reeleccionista del 2004. Recuerdo haberle dicho a Hipolito Mejía en su despacho, que no obtendría ni un 35 por ciento pero que debido a mi lealtad, yo dejaría la piel en las calles a su lado. De ese Gobierno no recibí nada, absolutamente nada material, pero me jugué la vida por el con la pasión con que siempre he asumido la política. Tal como le dije al Presidente Mejía, esa reelección que el promovía, seria una alfombra para que se reeligiera Leonel Fernandez, Y asi fue. Ana Maria, ante tu cuerpo inerte, me inclino reverente reconociendo tu valor personal, tu inteligencia innata y la gran pasión con que asumiste tus grandes responsabilidades. Que Dios te bendiga y reserve a su lado el gran lugar que te ganaste con tus actos. Paz eterna a tus restos. Rada, hermano del alma recibe mis mas sentidas condolencias .
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