¡Ramón aquí! ¡ aquí Ramón!
Un cuento de José Dela Rosa La señora entre lágrimas y lamentos llamo al
encargado de la funeraria diciéndole:
-Bien señor, pueden prepara el cadáver de mi esposo, más
quiero que me ayude a cumplir un último deseo
respecto a mi pareja.
Él hombre
mira a la
señora y le dice:
- Con gusto si puedo la ayudare.
Ella le dio dos palma ditas en el omóplato y le solicito:
-Quiero que me traiga con cierta
discreción el “ miembro de mi difunto marido,” tenga -
extendió la mano con algunos billetes de mil - compre
algo en que pueda guardarlo, recuerde debe prepararlo
para que no pudra. – Sugirió.
Exactamente tal y como hablaron la señora recibió lo
que con tanto a puro esperaba.
Después del noveno día la viuda abre el cofre saca
el órgano lo pone sobre la coquetita comienza a
pasarle la mano diciendo :
- ¡Oh! Ramón te fuiste pero conservo de ti lo que nos
unió siempre, tú estará aquí mientras yo viva.
El nieto de la viuda al escuchar que su abuela hablaba sola
se agacha para ver que estaba pasando entonces vio
que ella le rezaba y pasaba la mano a una cosa que él
no alcanzaba ver con exactitud. Esa tarde la viuda
termino la sección y el nieto lleno de curiosidades
entra al cuarto pero no ve nada ella había guardado el
cofrecito que contenía, lo que acariciaba, mientras
oraba. Y a si, pasaron los días el muchacho
fisgoneando a la abuela rezar y acariciar algo que a él
lo tenía loco por saber ¿ Qué era?
Bueno el caso fue que una tarde la viuda estaba orando
de repente tocan la puerta con insistencia y tiene que
interrumpir la sección, salió de pronto y no le dio
tiempo a guardar el miembro de Ramón en el cofrecito,
el nieto que estaba loco por saber a qué cosa ella rezaba y le
pasaba las manos
entro como un rayo a la habitación y se sorprendió al
ver el mismísimo miembro de Ramón, grande.
Descomunal, él lo reconoció pues estaba chamuscado
por una vieja que madura que recibió Ramón cuando
era niño. murmuro:
-¡Ay Dios esto no lo puedo creer!-,
Pero cuando el muchacho fue a toca el miembro,
choca la coqueta y el órgano cae al piso
rompiéndose en dos partes, el chaval
asustado busca un resorte y lo introduce entre la dos
parte del miembro uniéndolo de nuevo, pero el miembro quedo
encorvado. La señora a su regreso ve que
el órgano reproductor esta encorvado. Lo mira y se
dispone averiguar y con cuidado lo levanta siente que menear
para arriba, igual para abajo, y del susto lo arroja al piso y
el miembro rebota aquí, y salta allá por el resorte que
tenía introducido en el medio, cuando la viuda vio el
órgano saltar de un lado a otro pensó que Ramón desde
ultratumba le había proporcionado vida y dice,
alzándose la falda y dando salto donde el miembro
brincaba:
-¡Ramón aquí! ¡aquí Ramón! ¡Ramón aquí! ¡aquí Ramón!
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