Enlace: Juan Tobias Leon Ortega
POR: Demetrio Miguel Castillo
demicaes.1951@gmail.com
Biodiversidad y problemas
Cuando hablamos de protección específica de la biodiversidad, apenas hay un 5% de espacios. Una solución para conservar la biodiversidad es protegerla. ¿Existen muchas zonas protegidas en el planeta? El porcentaje de lugares protegidos en la Tierra es del 12,9%, pero es una protección general protegidos, lo cual es absolutamente insuficiente. A corto plazo, de hecho, si continuamos con la presión sobre el resto del sistema probablemente perderemos la mitad de las especies de la Tierra, y a largo plazo hay predicciones que hablan de hasta el 95% de las especies, aunque aún se están debatiendo estas predicciones. Es difícil ofrecer una cifra de cuánto espacio debería protegerse en este sentido porque dependen de factores como la conectividad entre esos espacios, por ejemplo, pero yo diría que haría falta un mínimo de un 20% y deberían estar repartidos estos territorios por todo el mundo.
Desde luego el 5% actual en la práctica es casi nada porque se trata, además, de espacios muy pequeños y hay muchas especies, sobre todo las más grandes, que necesitan mucho espacio y no podrán sobrevivir en zonas tan reducidas. ¿De qué manera se puede frenar el impacto en la biodiversidad? ¿Es necesario un cambio global en todas las esferas, como la política y la concienciación social?
Cierto, pero promover un cambio de ese tipo es muy difícil porque entra en conflicto con nuestro, llamémoslo modelo, que es mucho más que nuestro modelo social, implica también nuestro modelo filosófico, psicológico y económico, principalmente este último. Nuestra sociedad está basada casi exclusivamente en el crecimiento, producir más y consumir más, aunque el progreso no es necesariamente crecer en cantidad sino en calidad especialmente a la presión de todo el sistema,
que va en una sola dirección, y sin ningún control. Sin embargo, ese es el modo en que la sociedad actual está organizada. Por supuesto que si se continúa creciendo por siempre en algún momento alcanzaremos un límite, puesto que el planeta es finito, y yo creo, de hecho, que estamos cerca de ese punto, estamos realmente rozando el límite de la manera en que podemos usar el planeta al servicio de este sistema. Por este motivo, el siglo XXI será crucial. En este siglo pasarán muchas cosas y tendremos que tomar cierto tipo de decisiones.
¿Cuáles deberían ser las fundamentales?
Es necesario otro modelo económico, sin duda. Pero como digo, esto implica no sólo cambios económicos, sino filosóficos. La filosofía occidental es extraordinariamente dominante respecto a la población de Occidente. Incluso en China o en Japón la filosofía tradicional básicamente casi ha desaparecido, no en la mente de las personas pero sí en la práctica. Y la filosofía occidental está basada sobre todo en la separación entre el ser humano y la naturaleza, y, por tanto, en cómo dominarla. No se trata de un pensamiento abstracto sino algo con consecuencias muy prácticas. La filosofía y la economía van de la mano.
Conceptualmente no es difícil pensar en otro modo de actuar pero es muy complicado cambiarlo en la práctica debido. Un ejemplo claro de la situación que planteamos es Loma Miranda, ese caso es solo el inicio de una escalada minera que terminara afectando a toda la cordillera central y las principales reservas de agua dulce de la isla.
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