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domingo, 13 de abril de 2014

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"La Entrada Triunfal del Primer Socialista" por. Juan Tobías León Ortega


La Entrada Triunfal del  Primer Socialista



Juan Tobías León Ortega  ©



¡Hosanna, hosanna! Viva el Rey de los judíos! Domingo de ramos en Jerusalén, montado en burro, el Rey, pero no cualquier rey, confundido entre los humildes, harapientos, leprosos, desclasados, recibido por multitudes hambrientas de alimentos, sedientas de justicia, sedientas de armonía, de  amor, de paz,  entra a su reino terrenal: los pobres de sus amores. ¡Bienaventurados los que sufren, pues ellos serán consolados! Pan de la tierra fértil, amor desenfrenado al prójimo. Un Rey de reyes, brilla el sol de los infinitos siderales en saludo a su creador. La túnica blanca, símbolo del sublime eterno amor, reflejando un porvenir para los más necesitados. Las contradicciones vagan por el espesor de la tierra amarga de la avaricia, la codicia y el engaño, y satanás en un rincón a la expectativa: !Más fácil entra un camello por el ojo de una aguja que un rico entrar al reino de los cielos! Más claro no canta un gallo: ¿Una advertencia sutil a la negación de Pedro?





La plebe esparcida por toda Jerusalén, contemplando aquel hombre dueño del universo, que sus consignas vagas sólo atinaban a decir ¡Viva el Rey de los judíos! Muy poco para su presencia, pues de tanta su riqueza, que todo le pertenecía. Pero él, en su afán por darles a entender, que no sólo de pan vivirá el hombre sino de las bondades del Dios eterno, que va a presentar a su único hijo amado, convertido en sangre y carne, para ser sacrificado como un cordero para el manjar de la humanidad irredenta, sumergida en afanes mercaderes. Un hijo del Supremo, que va a compartir su riqueza con los más necesitados, y  a los más ricos les da una mano: ven, seguidme y deja tu riqueza y repártela entre los pobres.





Jerusalén, Jerusalén, bella y radiante, eres la más ungida entre las ciudades, porque mi Señor pisó tus calles polvorientas, llenas de boñigas de camellos, dejando sentado  el primer mensaje popular, de un Rey a sus pobres: la entrada triunfal del primer socialista. ¡Hosanna, hosanna! Viva el Rey de los Judíos!

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